¿Por qué las enfermedades, como la diabetes, son conocidas en nuestra especie pero inusuales en el mundo animal? El metabolismo humano es fundamentalmente diferente del de todos los demás animales por su incapacidad para sintetizar la vitamina C a partir de la glucosa. La mayoría de los animales producen ácido ascórbico en grandes cantidades diarias. Los seres humanos y otras criaturas, como el conejillo de indias, carecen de esta capacidad debido a una mutación genética que se ha producido a lo largo del proceso de evolución. Por ello, en la actualidad, todas las personas dependen de una ingesta óptima de vitamina C a través de la dieta o mediante suplementos.
El ácido ascórbico y su requerimiento diario
Las recomendaciones oficiales de vitamina C en Europa son muy bajas y se ignora el hecho de que en la década de 1990 los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. publicaron los resultados de un estudio diseñado para determinar la ingesta diaria óptima de vitamina C. Estos estudios demostraron que los jóvenes con una dieta óptima y una vida libre de estrés necesitan consumir alrededor de 220 a 250 mg de vitamina C por día para mantener procesos metabólicos óptimos, sin embargo la dosis recomendada es de tan solo 75-90 mg.
¡La dosis se fijó en los años 40!
Hasta ahora, se utiliza el estándar que se estableció sobre la base de investigaciones de la década de 1940. Varios presos recibieron una dieta que no contenía vitamina C y desarrollaron síntomas de escorbuto. Posteriormente se investigó administrar y aumentar la dosis de vitamina C cuando remitieron los síntomas. Esto sucedió con 70 mg de vitamina C.
Estas dosis recomendadas nos mantienen a todos en mal estado de salud. Paradójicamente, en el caso de los grandes simios, que, como nosotros, no producen vitamina C, se administran diariamente en la dieta (en los zoológicos) unos 900 mg de vitamina. Esto es más de 10 veces la dosis recomendada para los humanos que, con cierta frecuencia, vivimos bajo estrés, y muchos fumando, alimentándose mal y tomando medicamentos.
El ácido ascórbico y su importancia
La vitamina C fue aislada e identificada en 1933 por el bioquímico húngaro Albert Szent-Gyorgyi, quien fue galardonado con el Premio Nobel en 1937 por este logro. En 1970 escribió a Linus Pauling sobre su seguridad:
“Desde el principio tuve la impresión de que los médicos estaban desinformando al público sobre la importancia de la vitamina C. Explican que si no tomas vitamina C con tu dieta diaria, puedes tener escorbuto. Pero si no te da escorbuto, estás bien. Considero que esto es un error obvio: el escorbuto no es el primer signo de una deficiencia de vitaminas, sino una condición médica poco antes de la muerte. Se necesita más vitamina C para mantenerse saludable. No sé la dosis óptima, yo mismo tomo alrededor de 1 gramo al día, pero me doy cuenta de que esta no es la dosis óptima. Todo lo que puedo decir es que puedes tomar cualquier dosis de vitamina C sin ningún problema".
Esto último lo afirmó porque se trata de una vitamina hidrosoluble, es decir, capaz de disolverse en el agua, y por tanto, de eliminar su exceso en caso de producirse.
La vitamina C es clave la producción de nuestra proteína más importante, el colágeno: regula su síntesis y la formación de los llamados "puentes de colágeno". Esta estructura es muy fuerte: si hacemos un alambre de acero con un diámetro de colágeno, el colágeno es superior al alambre en términos de resistencia. Es una estructura de proteína increíblemente fuerte importante para las funciones de nuestro cuerpo.
También posee un efecto antiinflamatorio, aumenta la biodisponibilidad del hierro de la dieta, aumenta la resistencia celular a los patógenos y es un potente antioxidante. Igualmente, participa en la producción de hormonas y transmisores nerviosos, desintoxica el hígado, se une a los metales pesados y controla el nivel de histamina.
La vitamina C ha demostrado ser eficaz contra el virus que provocó la actual pandemia mundial. En febrero de 2022 aparecieron los primeros informes clínicos desarrollados en clínicas chinas donde los pacientes infectados recibieron altas dosis de vitamina C, con una recuperación satisfactoria.
Enfermedades resultantes de una deficiencia
Siendo una vitamina que interviene en tantos procesos, es fácil concluir cómo su deficiencia puede contribuir a la disfunción de muchas funciones, lo que conduce directamente a diversas patologías. Esta vitamina tiene muchos efectos. Aunque hoy en día es imposible carecer por completo de ella, existen carencias en la alimentación.
La deficiencia de ácido ascórbico se manifiesta a través de diversos problemas relacionados con: corazón y sistema circulatorio, huesos y tejido conectivo duro y el desarrollo de diabetes. La susceptibilidad a las infecciones o la depresión también pueden ser los primeros signos de deficiencia de vitamina C en el cuerpo.
Aterosclerosis, escorbuto
El Dr. Matthias Rath descubrió que la aterosclerosis es el resultado de un proceso regulador que compensa un sistema de vasos sanguíneos gravemente comprometido por una deficiencia de micronutrientes, en particular de vitamina C, que ya vimos que desempeña un papel importante en la síntesis de colágeno. Como consecuencia de la deficiencia de vitamina C, se ve afectada negativamente la producción y la función del colágeno, lo que conduce al debilitamiento de las paredes arteriales y, en última instancia, al escorbuto (con deficiencia total de vitamina C).
La presencia de vitamina C en las reacciones bioquímicas es capital. ¿Sabías que con la participación de la vitamina C se producen más de 15.000 reacciones bioquímicas en nuestro organismo?